A menudo lo que más queremos es lo que no podemos tener. El deseo nos rompe el corazón, nos ostenta… el deseo nos rompe la vida… pero aunque desear algo puede ser muy duro, los que más sufren son los que no saben lo que quieren…
La oscuridad o la luz tejen de tal manera en ciertos casos el espacio y sus combinaciones que los valores se invierten: lo largo se vuelve corto, lo corto se vuelve largo. Y hay que tener buen cuidado de no errar otra vez el camino y aprender nuevamente la farsa de ser algo.
Me gusta hacer blogs. Porque en el inexpresivo resplandor del arte descubrimos el mortal incendio de la vida.
Y si no, pues no.
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